Hay días en que nos levantamos de la cama, y sentimos como que algo no anda bien con nosotros.
Luego, cuando transcurre la jornada, nos damos cuenta de que varios de nuestros procesos diarios de rutina no han salido de esperarse, sino todo lo contrario, como si nos hubiéramos levantado con el pie izquierdo de la cama.
Nos sentimos impotentes porque de verdad estamos intentando que nuestro día fluya como debe ser, pero parece que nuestros esfuerzos son en vano.
¿Será que alguien me lanzó un mal de ojo o quizás simplemente se trata de un mal día? ¿Qué podemos hacer para cambiar la dirección de nuestras acciones y protegernos de esas malas energías que creemos nos rodean?
Aquí te traemos una oración perfecta para alejar maldiciones de magia negra, así como las malas vibras. Si tu mala racha se extiende por días, te aconsejamos leer estas palabras.
Señor por el poder de tu Palabra,
hoy te pedimos perdón,
saca a la luz todo pecado oculto
que está impidiendo la bendición económica,
revela a cada uno de tus hijos
la raíz que está dando el fruto malo de ruina,
miseria, escasez, pobreza, puertas cerradas.
Como se secó la higuera desde la raíz,
asimismo, se seca toda maldición de escasez,
de ruina y miseria en mi casa, mi negocio…
en el nombre de Jesucristo.
Señor, perdona todo amor insano hacia el dinero,
toda codicia, avaricia y egoísmo.
Porque el Señor Dios de Israel ha dicho:
«La harina de la tinaja no escaseará,
ni el aceite de la vasija disminuirá,
(la fuente de tus ingresos, tus ahorros,
lo que te queda, tu medio de sustento,
los ingresos de tu negocio o laborales, no disminuirán,
el pan en tu alacena y en tu mesa no escasearan)
hasta el día en que el Señor
haga llover sobre la tierra
(mientras dure la crisis económica)
En el nombre de Jesucristo lo declaramos.
(1Reyes 17:14)
Señor, así como no abandonaste
a la viuda de Sarepta que te necesitaba,
no abandonarás a tus hijos,
justificados por la sangre de Cristo,
que te aman, porque tu palabra dice:
«No he visto justo desamparado,
ni su descendencia que mendigue pan.»
(Salmo 37:25)
Dios Santo de protección,
auxiliador en los temas financieros,
te pido que me concedas la sabiduría
para poseer aquello que requiero,
para enriquecer en los diversos planos
materiales y espirituales.
Haz que sea dotado de garras
que puedan enfrentar cada obstáculo
que se presente ante mi persona.
Que, a partir de este instante,
sean tus pasos los que me guíen en el sendero
hacia la apertura de la abundancia.
Me guiarás, darás la sabiduría,
el poder, la creatividad, las ideas, los recursos,
abrirás puertas para hacer negocios
abrirás mis caminos para obtener fuentes de ingreso.
Aunque camine en valle de las sombras,
lleno de problemas económicos y carencias,
no temeré mal alguno porque tu estarás conmigo.
Tú me perdonas y me libras de toda esclavitud
de deudas adquiridas por la ceguera de la codicia
y por falta administración y de sabiduría.
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Aderezas la mesa delante de mi
en presencia de mis cobradores bancarios y otros,
y me restituyes el pago de los intereses pagados
a usureros siete veces siete.
Unges mi cabeza con la unción de prosperidad,
mi copa está rebosando de riquezas.
Permitirme ahora la dicha.
Amén.